La luz de aquel pequeño poste en aquel lejano país le dejo ver a lo lejos apoyada en él a un mujer (pues no sabría precisar su edad) bella como no había visto desde la vez que se despidió de su mujer en aquel funeral hace ya 49 meses, a lo lejos el la miraba de una manera casi normal si no fuera por que el café aun estaba en su boca.
Lo cálido del café en lo frió del invierno de aquel lugar lo llevo a simplemente sentirse sumamente acogido en aquella mesa, solo aun la miraba a lo lejos. El simplemente buscaba con que distraerse, mas parecía que algo lo incomodaba, aquella mujer a lo lejos, de la cual suavemente la luz describía su silueta, la describía con las pequeñas gotas que iba callendo de la garua que aquejaba aquel día. La noche de tornó mas fría, el aun con la taza de café sentado, la miraba y buscaba describir su mirar al aire, pues ya hacia mas de media hora apoyada en aquel lugar. La descripción se volvió mas apasionante cada vez que ella trabaja de acomodarse por mantener el poco calor; él con cuarta taza de café estaba observándola, su mirada no se movió de ahí por mas de una hora en busca de una mirada de ella.
El café de aquel lugar había observado esa escena hace 1 mes, al 4º aniversario del fallecimiento de su esposa, el había recurrido por 1 taza, pero la permanente silueta a lo lejos lo mantuvo viniendo al café durante el mes mas frió del año. El nunca le habló. ella nunca se movió del poste, el café nunca se le acabó, su ser nunca cedió al frió intenso, al frió que siempre existió en su ser, y solo pudo ser opacado por aquella lejana imagen de belleza, de misterio y de duda.
Lo cálido del café en lo frió del invierno de aquel lugar lo llevo a simplemente sentirse sumamente acogido en aquella mesa, solo aun la miraba a lo lejos. El simplemente buscaba con que distraerse, mas parecía que algo lo incomodaba, aquella mujer a lo lejos, de la cual suavemente la luz describía su silueta, la describía con las pequeñas gotas que iba callendo de la garua que aquejaba aquel día. La noche de tornó mas fría, el aun con la taza de café sentado, la miraba y buscaba describir su mirar al aire, pues ya hacia mas de media hora apoyada en aquel lugar. La descripción se volvió mas apasionante cada vez que ella trabaja de acomodarse por mantener el poco calor; él con cuarta taza de café estaba observándola, su mirada no se movió de ahí por mas de una hora en busca de una mirada de ella.
El café de aquel lugar había observado esa escena hace 1 mes, al 4º aniversario del fallecimiento de su esposa, el había recurrido por 1 taza, pero la permanente silueta a lo lejos lo mantuvo viniendo al café durante el mes mas frió del año. El nunca le habló. ella nunca se movió del poste, el café nunca se le acabó, su ser nunca cedió al frió intenso, al frió que siempre existió en su ser, y solo pudo ser opacado por aquella lejana imagen de belleza, de misterio y de duda.
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