Parece como si hubieran esperado un espectáculo grande, las mesas estaban dispuestas de tal manera que mas personas podían espectar el espectáculo; nosotros llegamos tranquilos, a disfrutar un de hora de un charla tranquila, el mozo de siempre parecía habernos estado esperando, pues lo vimos dispuestos a atendernos apenas nos vio llegar, nos dio la mesa de siempre, y pregunto: - Desean algo especial? - Si el pedido de siempre, pero distinto, tu sabes. - Mi amigo le dijo, que habrá hoy?, habíamos invitado a un gran conferencista, pero como no llega estamos esperando. - Esperamos verlo, entonces- Respondió él-Nos trajo esta vez unos platos hondos, con una sopa, que nunca había visto, tenia un aroma suave, estaba caliente, era una sopa que aunque no llevaba mucho, tenia un sabor muy bueno, pedimos una mas, y aun esperando el conferencista, comentamos de como se había expandido toda nuestra generación; de las nuevas adquisiciones, de como nuestros compañeros habían progresado, lo mejor que iban escribiendo los demás.
El mozo se acerco con timidez a nosotros al ver que dejamos de hablar,me dijo. - Las 2 veces anteriores fue interesante su monologo. Podría usted ir allá y dar otro, por favor? - Hoy no croe que él vaya -interrumpió mi amigo-, yo quiero subir. Posiblemente sea que yo también intente.
El sabia lo que acababa de decir, yo solía hablar en nuestras reuniones, como lo vi dispuesto asentí con la cabeza, y el nervioso aun se puso de pie y se dirigió al frente (me imaginaba que tan nervioso debió haber estado).
Aun me acuerdo lo nervioso que estuve una de las primeras veces que me paré al frente a dar un pequeño de discurso a unos amigos, nunca levante la cabeza al momento de hablar, hable pero con la cabeza baja,dicen que fue bueno, pero me falto mirar al frente en vez que abajo.
Se dirigía, campante al tabladillo, con pasos cortos, como si esperara que todo se pare y no tenga la necesidad de salir a hablar.
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Dijo: La soledad estaba sentada ,sola como siempre, mirando a lo lejos como una multitud lucia a todos la compañía, la soledad nunca se movió, algunas veces parecía acercarce a ella alguien cabizbajo, pero cada vez que se acercaba se alejaba mas. El viento bailaba entre las hoja, acompañado, entre sus pies, como si describiera una figura bajo su mirada cabizbaja, como si buscase una solución en las miles figuras descritas por aquellas hojas bailarinas. 3 hojas, se turnaban para bailar con el viento, tal vez pogueaban (por que chocaban súbitamente entre ellas), o tal vez bailaban despreocupadamente un suave vals, el frió no influía, los rayos de sol simplemente dibujaba tenuemente si asincopado movimiento, nada contemplaba su baile, pero ellas disfrutaban cada figura descrita bajo cada ventarrón; la soledad parecía bailar junto con ellas con su mirada; pero cuando menos se dio cuenta el aire egoistamente jaló a las hojas al otro extremo del mundo las hojas, mas la soledad se movió, el sol no proyectaba su sombra, así que nunca estuvo acompañada, aunque ella haya creído que las hojas la acompañaban, nunca fue así.Tal vez este solo, pero hoy veo como sus fugaces miradas y su efìmeros pensamientos son para mi y mis palabras hachadas al aire, describen figuras en todo este lugar, ustedes mirando su tranquilo baile, ustedes que buscan el sentido que tratan de dibujar, sin saber cuando se irán.
Fue entonces cuando se levando de la misma banca que me habían dado, una de esas bancas altas para que tus pies queden en el aire pero había también ahí había un pequeño apoyo, y se bajó, tras su pequeña historia, tomé rápidamente (como él lo hacia cuando yo bajaba de ahí) el vaso con agua que había pedido, y tome yo mi saco, el su maletín y nos retiramos despidiendonos a lo lejos del mozo que aplaudía junto con los demás cuando nos retirábamos. Conversando por la salida decidimos volver, pero aun no sabemos cuando.A pesar de lo corto de su monologo, me gusto, creo que el tamaño de estas cosas no importan, sino, su calidad artística, el cómo? y porqué?.
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