Otro amigo...

Los jóvenes corrían, pues sabían que su almuerzo estaba en juego. El ciclo recién comenzaba, el el aire se percibía los vestigios del verano, el frió no se sentía aun, el sol aun estaba ahí; apesar del suave rocío que había bañado la mañana otoñal, se percibía en las pequeñisimas gotas de agua que se podían percibir pobremente en las pequeñas hojas de aquellos viejos arboles, en una de las calles principales de la universidad.
El aun con su su mirada cabizbaja, siempre pensativo, como si tratase de resolver grande misterios; tal vez a eso se deba sus grandes horas de caminata junto con otros amigos.
Presurosamente caminaba, pues era tarde, pero aun con su mirada impaciente parecía describir con gran nitidez a cada persona que pasa (pero con mas de talles a las chicas).

La larga fila para sacar turno para el almuerzo parecía interminable, recorría 2 facultades, a cualquiera lo desanimarían, pero no, él fue.

Cayado, pensativo, y razonante parecía su mirada en su inmutable soledad, repentinamente un pequeño reflejo lo perturbó, lo desprecio por el momento, pero le do mas atención cuando repentinamente una bella chica vestida de blanco iluminaba con su reflejo el suelo gris y opaco. Lo perturbó.

La bella chica era descrita con gran definición, los rayos de luz precian purificarce, tras una misteriosa reflacción, su mirada de desconcierto, describía inocencia, ternura, paciencia; su perfil fue siendo descrito lentamente por los rayos de sol, bajo la plenitud del cielo infinito se detenía lentamente, como si bajo el imperioso sol del fin de otoño se pudiese contemplar tal belleza parada junto a uno.

Su mirada se cruzo, tal vez en un instante de confusión, tal vez en un instante de preocupación, o no se. El momento se inmortalizó, duró para él días.

 

EL SUEÑO VOLVERÁ...