10/9/07

Su soledad...

Ante la obscuridad de la noche, simplemente se dirigía a acostarse como cada, noche, pero como siempre a escribir unos versos (como si ante ellos se desfogase). El viento aun trataba de tumbar aquella pequeña casa de aquella olvidada cuidad.
Ante sus versos no existían nada mas que el y su eterna soledad. El mar existía a la puerta de su cuarto, el sol quedaba junto a su vieja estufa, los frondosos arboles de grandes bosques quedaban justo detrás del enorme castillo que el en algún tiempo no muy lejano había construido. Su soledad y el ponían las cosas de color. el mar dejaba de ser ligeramente azul, y se convertía en un rojo ante el ocaso de eterna duración en su ventada de constante resplandor de atardecer.
El nunca estuvo solo comentaba cuando a veces veía las personas que alguna vez conoció. el les contaba de sus innumerables viajes a través del carmesí mar , a través del turquesa del cielo, en aquellas águilas incansables que lo llevaban a conocer los lugares mas recónditos del universo, en aquellos botes de papel que nunca pidió, pero siempre estuvieron, nunca estuvo solo, pues el gran roble , en el cual descasaba en las tardes lo arrullaba con el fondo melódico de las golondrinas el pasar, el nunca estuvo solo, ni lo estará, pues el siempre vivió en su mundo y lo hará, hasta que tenga sueño y pueda descansar en paz.

No hay comentarios: