Uno la muerte de la amada, el otro el desamor que causa el rechazo de la mujer amada.
Su cantar parecía unirse por momentos, y por otros eran historias
contrastantes, cantos de esperanzas, y otro de lamentos absolutos.
Como sí sus cabellos tuvieran la expresión dicotómica, ondeantes al aire y
pequeñas cuerdas que llaman a las canciones tristes.
Sus manos que yo no nos
compañan, uno por su no presencia, el otro por su rechazo, la suavidad de sus
quemar manos apartadas por la muerte, o apartadas por el poco interés.
Parecían entenderse en su lamento.
Parecían conocerse en su pesar.
Una mirada pérdida bajo tierra, y el otro negada por propia
decisión del no interés. Hoy la tierra es nuestra gran barrera, de altos muros e
inmensos óbices, que quisiera separar tú recuerdo de mi memorias, con sí aún la
muerte tuviera esa potestad.Oh! Tú muerte más grande que la vida pareces ser, más no más que
mi recuerdo que hoy alberga esos momentos que pase a su lado! No pesar más alta
que un mortal que aún no renuncia, más que sí se retira, no por la pérdida, sino
por la imposibilidad que presentas, no por que seas alta, sino porque en mi
inmortalidad aún puede vivir su recuerdo en mi!En mis horas, en mi canto, y en
mi mente! Sus dedos aún entre los míos, su oídara aún en la mía, y su voy
retumbante en mi oído...aún.
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Xtopher
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