El polvo no dejaba ver, tampoco respirar, la bulla anunciaba que el orden se había roto desde hacía demasiado tiempo; la gente desesperada, los niños llorando a lo lejos, todo un pueblo alarmado, miles de hombre trabajando a la luz de la luna, con reflejos de las lejanas fogatas.
La tarde se vistió de luto, no se si por el humo, o el mismo pueblo contristado; una lejana columna de humo anunciaba al mundo que algo había detenido el reloj, algo había hecho que medio mundo tome en cuenta la seguridad y mas…
Tal ves si la tierra alguna vez se detendría de temblar. Sentados aun juntos, aun esperando, aun empolvados, la ayuda, otros a lo lejos aun sin sentir, sin hablar, sin pensar, contemplando cuerpos, contemplando saqueos, pero aun viven, aun sobreviven, a un fuerte remezón, una inolvidable, noche de terror.
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